El dolor de la ausencia.

Te amo tanto que el dolor de no tenerte se me ha vuelto un dolor físico.
Te extraño tanto cuando no te veo, que no sé de dónde saco el valor para estar lejos de ti.
Siento tu presencia tan cercana a la mía y a la vez tan lejos.
Y sin embargo eso no me importa, sólo con verte me siento feliz.
Te amo tanto, que el pensar en alejarme de ti me parte en mil pedazos.
Te extraño infinitamente aún cuando todavía no me alejo de ti.
Deseo en el alma que pudiera ser capaz de superarlo.
Tal vez podría si me apoyara en ti.

Dime que me amas también.
Di que también te mueres sin mi.
Hazme saber que me extrañas cuando no me ves.
Dime que no puedes estar lejos de mi.
Haz que mis lágrimas no caigan en el vacío.
Que el dolor que voy cargando por momentos no es tan opresivo.
Dime que me quieres, que no es inútil esto que siento por ti.

Di que me amas y, por Dios y por mi vida, que encuentro la manera de estar junto a ti.

El dolor de la ausencia es más grande cuando la ausencia se anuncia, cuando se sabe que está ahí, pendiendo inminente.
El dolor de la ausencia viene invariablemente, con sólo pensar en ti.



Frente a ti es fácil ser sincera
Lo quiera o no lo quiera
No tengo otra manera
Hasta ahora hemos sido amigos
Y eso me bastaba
Yo no buscaba mas
Dime que hiciste
Dime que cambió dentro mi
Para cruzar la línea entre tu y yo
Lo que me convenció.

Que eres tu
El silencio que me hizo hablar
La vez que en mi dormía
La fe que me abrigaba en tu mirar
Eres tu
Quien alimentó mi libertad
Amarte y no necesitar de nada
Tan solo tu mirada en mi.